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No se suele hablar por aquí del Madrid en primer plano, pero digamos que hoy la ocasión lo merece.
El equipo blanco acaba de ser eliminado en los octavos de la Champions League tras caer 2-1 en el global de la eliminatoria contra el Ol. Lyon. Serio varapalo para un proyecto que se ha dejado 250 millones de euros este verano, inversión pionera y que ni los mismísimos magnates compra-clubs se atreven a gastar.
Mucho se ha hablado de la importancia psicológica del partido de esta noche; por una banda que de superar la eliminatoria el Madrid podría entrar definitivamente en una espiral ganadora que le llevase a ser destacado favorito en las dos competiciones que disputaba, y por otra que la derrota significaría un revés importante a esa tendencia al alza, retrasar la consolidación del proyecto neogaláctico e incluso perder opciones en la conquista de la liga.
Veremos como continúan las cosas, los siguientes días los palos a diferentes sectores del club van a ser muchos y de muchos sitios. Sin duda haber caído primero como se cayó en Copa y quedar ahora eliminados de la Champions de la misma forma que los últimos años pero contando con un equipo muy superior, es un rotundo fracaso en relación a la inversión citada y la ilusión vendida.
Sin embargo ser extremista es un error, el equipo debería ser capaz de sobreponerse y si finalmente se acaba ganando la liga y además dejando una buena imagen el proyecto puede seguir adelante las siguientes temporadas, con el objetivo de ir alcanzando metas más altas. Estamos todos de acuerdo que se ha creado un equipo para ganarlo prácticamente todo, pero no es fácil montar las cosas tan rápido como nos gustaría. Ninguno de los equipos ganadores del momento –Barça, Chelsea, Manchester- se montaron en una temporada.