sábado, 28 de noviembre de 2009

Save Mourinho

Debido a la actividad frenética del blog, me doy un respiro y un amigo trabaja (?) hoy por mí:


Buenos días
Hablar a toro pasado es muy fácil, ¿verdad? Por eso, como no me gustan las cosas difíciles, voy a hablar a toro pasado.
El martes 24 antes del partido del Barça se mascaba la tragedia en el ambiente. La gente veía peligrar la clasificación del Barça para la fase final de la Champions. Intenté levantar el ánimo de mi hermana, al menos, y al más puro estilo castrense me puse a arengarla: “¿quién juega esta noche, soldado?” “¡señor, el Barça, señor!”, bien, respuesta correcta, toma una galleta, “¿y quién va a ganar?” “¡el Inter!”. Me cago en la puta...
Más o menos esas eran las sensaciones de la gente. El Barça iba a perder y a quedar virtualmente apeado de la Champions. Las bajas y el empate días antes en Bilbao no ayudaban a ser optimistas, precisamente. Pero resulta que el Barça no perdió. Ganó 2-0 y el partido fue sorprendentemente plácido.
Ahora no tendría ninguna gracia ponerse a cantar las alabanzas del equipo o de Guardiola (¡presidente-entrenador ya mismo!); no, lo que toca hacer ahora es defender a Mourinho. Y sin ironía, ojo, en serio. Le llamaré Mou porque es más corto.
Mucha gente opina que Mou es el superentrenador del siglo XXI: no importa lo que tú o yo creamos, lo que cuenta es lo que creen los directivos que le están pagando 10 millones por temporada. Luego hay otro sector, el que suele sentenciar con una sonrisita despectiva que está “sobrevalorado”.
Bueno, pues yo digo que es un buen entrenador, incluso si me apuras un muy buen entrenador. Y voy a respaldar mis palabras de la mejor manera posible, tergiversando a mi antojo la realidad:
En el primer partido de liguilla esta temporada Inter y Barça empataron a cero. Los analistas hablaron de duelo de entrenadores, un duelo que obviamente había acabado en tablas. Hasta los ignorantes de la táctica futbolística supimos ver que en aquél partido ambos entrenadores habían metido mucha mano. El Barça contaba con Ibra y Messi y no supo vencer a un Inter bien ordenado atrás, que no dejaba espacios, patatín, patatán. Lo que sea.
En el partido del 2-0 Messi y Zlatan se quedan en el banquillo en previsión de la visita el fin de semana del Malig... quiero decir, del Madrid. Sin ellos el Barça gana y el Inter da penica. De nuevo mi hermana: “ay, pues estaría bien que Eto’o metiera un gol, pobrecillo”, eso desde el minuto 35. Imaginaos hasta qué punto veía ganado el partido.
Repasemos. Barça con todos los jugadores disponibles, duelo táctico, empate a cero. Barça sin los megacracks, un 2-0 facilito... a ver, ¿qué coño significa eso? Pues fácil, que Mourinho en este segundo partido estuvo tácticamente a la altura del betún. ¿Es que no ves, alma de cántaro, que Alves le está ganando la espalda a Chivu una y otra vez? ¿O a Iniesta entre líneas, que te está destrozando? Que me lo tengan que explicar a mí pase, pero él entiende mil veces más que yo de estas cosas y aun así no movió un dedo...
Que sí, que es muy fácil hablar a toro pasado y que en vivo es del todo distinto... nah, excusas. Alto y claro, Mou la cagó.
Repasemos one more time: De un partido a otro hay dos diferencias fundamentales, que Ibra-Messi no juegan y que Mou se vuelve tonto. Una es a favor del Inter y la otra a favor del Barça. Pero la que más pesa es la segunda, ¿por qué? Fácil. Porque el Barça es un equipazo y el Inter “sólo” un muy buen equipo, lo que significa que el Barça puede pasar sin dos piezas clave y el Inter tiene problemas si a su entrenador le duele ese día la cabeza: explicado más llanamente, por si lo lee un merengue, la noticia no es que el Barça ganara 2-0 al Inter, sino que empatara a 0 hace unas semanas.
El empate a 0 fue mérito de Mou. El 2-0 fue lo normal, la lógica del fútbol.
Y por eso, que hay que ver lo que me alargo, insisto en que si el entrenador falla, a su equipo se lo comen. El tío es bueno. Sobrevalorado quizá, pero eso es problema de los que le pagan los 10 o 12 millonacos al año, no mío.
Nada de esto quita que Guardiola sea dios encarnado y que no me gustaría tener a Mou de entrenador del Barça, como tampoco afecta al hecho indiscutible de que este domingo al Madrid le van a caer 5. Hat-trick de Bojan Krikik.
Ale.

domingo, 15 de noviembre de 2009

La conexión Messi-Ibrahimovic


Transcurrida la primera parte de la temporada desgraciadamente se ha podido comprobar que en el terreno de juego tanto Messi como Ibrahimovic juegan muy poco entre ellos, si acaso menos de lo debido, y tratándose actualmente de 2 de los 3 mejores jugadores de Europa, debería ser un recurso mucho más utilizado por parte del Barça.
No puedo saber cual es su relación antes y después de los partidos, la cual seguramente tiene alguna influencia en estos, pero no me da la sensación que sean grandes amigos, aunque no pongo en duda que tengan un trato correcto. Aquí puede que sea Zlatan quien más ponga de su parte, al parecer un tipo que va bastante a la suya, actitud por otra parte totalmente respetable. Sea como sea, lo que se tiene que empezar a ver con más frecuencia es una mayor conexión entre ellos en el campo, con la que el equipo y ellos mismos saldrán beneficiados; es triste que el partido en el que más se han buscado el uno al otro fuese en el debut del sueco contra el City, a mediados de agosto, donde se intuía que las triangulaciones entre ambos podrían ser un muy buen recurso. Cuatro días después una bonita combinación entre uno y otro generaba el 1-0 de Messi contra el Athletic en la vuelta de la Supercopa de España.
Me gustaría saber también hasta que punto Guardiola es consciente de este factor hasta el momento desaprovechado, teniendo en cuenta lo que podría llegar a generar. Si le preocupa, si cree que el tiempo lo irá solucionando o qué. Por mi parte creo que es algo que se debería hablar y hacer ver a ambos jugadores, cosa que obviamente tampoco se si se ha llegado a hacer.
En resumen, hablamos de dos jugadores ‘top’, que juegan uno al lado del otro dentro del dibujo del equipo, un diestro y un zurdo, una torre y una pulga, ambos con capacidad para desbordar individualmente, de asociarse con los demás, de darse asistencias mutuamente y de aportar buenas cifras goleadoras. Por el bien del buen futbol, que la conexión Messi-Ibrahimovic empiece a deslumbrar.