Escribe JMHulme:
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Al principio estaba la realidad, que era que 2 más 2 son 4.
Un día alguien, un cerdito por ejemplo, se dio cuenta de que 2 más 2 eran 4. Era un cerdito superdotado, probablemente un Jabugo patanegra. Pero eso no importa, lo que cuenta es que había hecho un descubrimiento trascendental.
Corrió a decírselo a todo el mundo. ¡2+2=4! Era impresionante. Fue a ver a los Periodistas, que era unos cerdos que escribían cosas que luego la gente leía y creía. Y les dijo que 2 más 2 eran 4 y que por favor lo publicaran para que todo el mundo lo supiera. Le aseguraron que no habría problema.
Pero algún problema tuvo que haber. Quizá ese día el cerdo encargado de escribir las noticias estaba borracho, o quizá es que era estúpido o sólo idiota; o quién sabe, tal vez le movían oscuros intereses que es mejor desconocer... la cuestión es que en el siguiente diario lo que se decía era que 2 más 2 eran 22.
Algo que, por cierto, no era verdad.
La gente lo leía y decía: “ostia, tiene lógica, dos doses juntos... claro, hacen veintidós”. Y quedaban convencidos de que 2+2 eran 22. Y cuando el cerdito superdotado les dijo que no, que eran 4, se rieron de él y le dijeron que presentara pruebas, porque ellos sabían de muy buena tinta que 2+2=22.
Y vet aquí un gos, vet aquí un gat, aquest conte s’ha acabat.
Un día alguien, un cerdito por ejemplo, se dio cuenta de que 2 más 2 eran 4. Era un cerdito superdotado, probablemente un Jabugo patanegra. Pero eso no importa, lo que cuenta es que había hecho un descubrimiento trascendental.
Corrió a decírselo a todo el mundo. ¡2+2=4! Era impresionante. Fue a ver a los Periodistas, que era unos cerdos que escribían cosas que luego la gente leía y creía. Y les dijo que 2 más 2 eran 4 y que por favor lo publicaran para que todo el mundo lo supiera. Le aseguraron que no habría problema.
Pero algún problema tuvo que haber. Quizá ese día el cerdo encargado de escribir las noticias estaba borracho, o quizá es que era estúpido o sólo idiota; o quién sabe, tal vez le movían oscuros intereses que es mejor desconocer... la cuestión es que en el siguiente diario lo que se decía era que 2 más 2 eran 22.
Algo que, por cierto, no era verdad.
La gente lo leía y decía: “ostia, tiene lógica, dos doses juntos... claro, hacen veintidós”. Y quedaban convencidos de que 2+2 eran 22. Y cuando el cerdito superdotado les dijo que no, que eran 4, se rieron de él y le dijeron que presentara pruebas, porque ellos sabían de muy buena tinta que 2+2=22.
Y vet aquí un gos, vet aquí un gat, aquest conte s’ha acabat.
Lo bien que le quedan la gorra y la pajarita al Roncero...y lo que hace uno con tal de no estudiar xD
ResponderEliminarT0NI
Está claro que esto no solo atañe al Villarato, la gente suele creer lo que lee o escucha en los medios sin pensarlo dos veces, haciendo suyas afirmaciones que le han transmitidos como verdades. La mayoria no es totalmente consciente de hasta que punto los medios de comunicación generales son una pantomima.
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