Yéndome directamente al postpartido hay que destacar claramente la ‘fiesta’ que se montó en el Camp Nou. Guardiola la definió como “tranquila” y “típica del que son els catalans”, yo le añadiría “excesivamente” y “mayores de 50” respectivamente. La cosa no empezó bien y es que a la hora de ir saliendo los jugadores uno a uno al césped el speaker erró en demasiadas ocasiones el nombre del jugador que tocaba. A mí me pareció escuchar el de Gaby Milito 2 veces, lo mismo con Valdés, y Abidal se convirtió en “amb el 24, Touré Yayá”. Luego en el momento de hablarle a la gente del estadio es cuando más decepcionan los jugadores. Falta humor y diversidad de discursos. Me pareció escuchar lo mismo a no menos que 20 caras diferentes. Henry por ejemplo si se va a largar este verano que diga algo sobre ello, Pepe Costa podría haber empezado con “seguramente no sabéis quien coño soy” y Pedro terminado con un “me he convertido en el mejor jugador de la historia de mi barrio”… yo que sé, algo. Aun así se salvaron algunos momentos. El “que n’aprenguin” y “presi, nos vamos al luz de gas” de Xavi (y que luego resultaría cierto) estuvo bien, Piqué también fue de los menos ‘oficialistas’ pero menos alma de la fiesta de lo que esperaba; no me gustó sin embargo el discurso de ambos (y de Puyol) de que “nos atacan”, en clara alusión a As y Marca. Tendrán menos repercusión, pero Sport y Mundo Deportivo echan la misma mierda o más al Madrid que la vertida des de la capital al Barça. Por otra parte quedó nuevamente patente la poca comunión que hay entre Ibrahimovic y el público culé, ya el “fuck you Piqué” posiblemente no acabó de hacer gracia y cuando dijo que iba a hablar en italiano algunos ya le estaban pitando. Menos mal que teníamos a Abidal para salvar la fiesta y su glorioso “un mensaje para mi mujer… bájame unas chaquetas para las niñas, que tienen frio” cuando todos pensábamos que le iba a proponer matrimonio. Ciertamente el terreno de juego acabó pareciendo una especie de guardería. La celebración terminó con una vuelta de honor al estadio, por entonces el 95% de la gente se había largado. Conclusión: faltaron litros de alcohol.
Messi molaba más antes de meterse en AA
Por último me gustaría terminar con los disturbios que se produjeron en la fiesta callejera de Canaletes y Plaza Cataluña. Me hace gracia como tratan los medios este tipo de sucesos ‘futboleros’. Siempre son “un grupo reducido de radicales” los que la lían y empañan la celebración “de los verdaderos aficionados”. ¡Ja! Con 104 detenidos y 119 heridos me gustaría saber la cantidad real de personas que estuvieron “portándose mal” y salieron impunes de las estadísticas. Pero claro, tampoco interesa hacer demasiado hincapié en ello, el fútbol es uno de los elementos de pervivencia del sistema. De los mossos tampoco se dice demasiado, su vandalismo es casi siempre legal y por lo visto el domingo tuvieron muchos agentes de paisano entre los celebrantes, lo que no me extrañaría que hubiese contribuido al caldeamiento del ambiente.
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JMHulme:
Teorías conspiratorias al margen...
A diferencia de mi docto colega a mí sí me parecieron bien las intervenciones de los jugadores. ¿Que dicen todo el rato lo mismo? Sí, claro, es que es lógico: no porque se sientan coartados por la directiva o Guardiola o Jesucristo allí en los cielos, sino porque tiene que ser un marrón importante encontrarte con un micro delante de 100.000 personas. Hay conciertos de Coldplay o The Killers con menos gente, aunque supongo que estos dos grupos precisamente no tendrían problemas para llenar noche tras noche en Catalunya, con todos los culés enfervorizados cantando los himnos de las dos temporadas de Guardiola.
Touré no parecía muy contento cuando le pasaron el micrófono, aunque también es verdad que se fue animando, y es que la cosa es aún peor cuando se junta la timidez del jugador con ciertas dificultades con el idioma. En ese sentido me gustaría destacar a Chygrynskiy, un muchacho inteligente (no hay más que ver sus inquietudes musicales) aunque tal vez demasiado metido en su papel de Crackovia. Ya sabéis, el Aaaah como método de comunicación casi exclusivo.
Otro que también dejó entrever el gusto por el majnífico programa de Tv3 fue Zlatan Ibrahimovich (por cierto, cómo llena la boca pronunciar su nombre), que al anunciar su característico “sono molto contento” dejó escapar una sonrisilla. Merece mención también su contundente “fuck you Piqué” cuando éste le hizo hablar. Como dicen ahí arriba, a la gente mucha gracia no pareció hacerle. Queda bastante claro que el sueco es un poco bruto tanto en el campo como en sus bromas.
¿Qué más? De Piqué hablo enseguida. Antes, comentar que estoy del todo de acuerdo con que Abidal destacó por su gracejo en medio de tanta sosería y que me gustó que Márquez parlara en català en la que pareció su despedida. ¿Se irá con Frank Rijkaard al Galatasaray? Henry no dejo entrever que su marcha está próxima, es cierto, aunque lo que me llamó la atención de la intervención del francés fue el aplauso que le dedicó la grada. ¿Pero no se suponía que el puto gavacho era un vago de cojones, que se reservaba para el Mundial, que se conformaba con jugar cuando Pedro quisiera echarse una siesta...? Pues señores, parece ser que una parte de la afición del Barça, la que estaba anoche en el Camp Nou, todavía respeta a la estrella gala. A no ser que en el aplauso hubiera algún tipo de ironía que se me escapara.
¡Y Piqué! Diréis ¿pero qué dijo, qué dijo Piqué? Pues nada del otro mundo, que muchas gracias, que había que disfrutar del momento etcétera etcétera. Si eso lo hubiera dicho por ejemplo Puyol ni siquiera le dedicaría una línea; qué soso es nuestro capitán, oh capitán para las declaraciones. Eso sí, se ve que luego en Luz de Gas se convirtió en un auténtico fiestero, bailando encima de la barra o algo parecido. ¡Bien por él!
La cuestión es que es coger el micro Piqué y pam, ya tienes la sensación de que va a decir algo. Tiene sólo 23 años y ya tiene diez veces más carisma que la gran mayoría de sus compañeros, unas mil veces más que Iniesta, pobre blanquito sosaina. El efecto es más o menos el mismo que cuando Messi coge la pelota en el campo, sabes que algo puede pasar en cualquier momento; para los menos futboleros, un símil televisivo es cuando aparece Desmond Hume en pantalla en la serie Lost, o Michael Scott en The Office. Captan la atención con una facilidad pasmosa. De aquí a unos año no me extrañaría nada ver a Gerard Piqué de capitán, no sólo del Barça sino de la selección española de fútbol y, si le sobra tiempo, de la de balonmano también. Vaya pedazo de líder tenemos aquí, caballeros.
Y no me alargo más. Sólo comentar que si Guardiola dice que nos deben una, atentos, que la temporada que viene puede ser una puta barbaridad.
Aquí el video de motivación que presuntamente adormece a los jugadores. El de Gladiator me pareció un horterilla, éste está mejor. Sencillez al poder. Aunque el Bruce Springsteen está metido con calzador.