
Con la llegada de Pep Guardiola y su equipo ganalotodo, el Barça de Rijkaard y Ronaldinho ha caído en una especie de olvido; un equipo del que por sus dos últimos y desperdiciados años parece mejor no hablar.
Por contra pretendo rememorar aquí la etapa de grandeza que tubo aquel equipo durante las temporadas 04/05 y, sobretodo, 05/06, en las que se ganaron ambas ligas y una liga de campeones. Y es que aquella pandilla era competitiva, subjetivamente el mejor equipo del momento y con un símil muy grande al Barça del triplete (o al revés). A nivel mediático una de sus mayores diferencias es el aspecto goleador. Aquel Barça marcaba menos goles que el actual, no porque se crearan menos ocasiones (como digo el estilo de juego era semejante), sino porque se fallaban más: simplemente se tenían jugadores con menos gol. No te van a marcar los mismos goles Ronaldinho, Eto’o y Giuly que Henry, el negro y Messi. Este último solo ya marca más que Ronaldinho y Giuly juntos.
Para ‘demostrar’ que el sambateam no tiene porque considerarse muy inferior el pepteam me voy a centrar en la Champions del 2006, ganada con una autoridad superior a la del 2009.
Estadísticas literalmente en mano, ambos conjuntos disputaron un total de 13 partidos (*) ganando 9, empatando 4 y manteniéndose invicto el Barça antiguo (llamémosles ‘antiguo’ y ‘nuevo’ a partir de ahora) por las 7 victorias, 5 empates y una derrota del nuevo. La imbatibilidad es una de las diferencias, además el nuevo rozó la derrota en los partidos contra Shaktar y Chelsea, salvados en el último momento y en el caso de los blues de forma crucial para acabar ganando la competición. Entrando en el goal average, en estos 13 partidos el antiguo Barcelona marcó 24 goles por los 32 del nuevo, encajando pero 8 goles menos (5 por 13). En ambos casos nos encontramos con una diferencia de +19, sin embargo el factor a destacar es cómo encajó los goles el Barça de Rijkaard: los 5 fueron a balón parado, o lo que es lo mismo, ningún equipo fue capaz de meterle un gol en jugada. A esto se le puede añadir que de los 5 uno es en propia puerta, otro se produce por un penalty inexistente a favor del Chelsea en el último suspiro de su visita al Camp Nou (1-1) y el de la final viene precedido por una falta también inexistente de Puyol sobre Eboué.
Así que en resumen (y sin ponerme a citar los resultados de todos los partidos), se puede decir que el antiguo Barça ganó la competición de una forma más clara, mostrándose más sólido defensivamente (aspecto primordial en este torneo) y relativamente sin sufrir.
Si entramos en la competición regular, el Barça de Guardiola mejora ligeramente al de Rijkaard (de forma amplia en el apartado goleador, como ya se ha comentado su aspecto más diferencial), no obstante hay que recordar que la cuadrilla de Ronaldinho también fue capaz de golear en territorio hostil (0-3) o que consiguió el récord del club de victorias consecutivas: 14 en liga (solo superados por las 15 del Madrid de los 50) y 19 entre todas las competiciones.
Con esto no busco desprestigiar lo que han conseguido Pep & Cia., sin duda protagonistas del mejor año de la historia del F.C. Barcelona, solo tener presente que ha este equipo le precedió otro conjunto que hizo grandes cosas, quizá hasta con la capacidad para haber hecho lo que se acabada de conseguir, pero al que la desidia fue corroyendo hasta acabar derrumbando.
(*) estoy obviando aquí la fase previa que se jugó la temporada pasada contra el Wisla de Cracovia, con victoria (4-0) y derrota (1-0) en la ida y vuelta respectivamente.